En 1643, Juan Eudes reunió a algunos compañeros para vivir una doble misión de dinamización de la vida cristiana de todos los bautizados: hacer vivir la Palabra de Dios y formar sacerdotes según el Corazón de Dios. Lo que caracteriza a la Congregación de Jesús y María, comúnmente conocida como los Eudistas, es su doble finalidad apostólica: colaborar en la obra de evangelización y en la formación de buenos obreros del Evangelio (Constituciones, nº 10).
Esta sociedad internacional de vida apostólica reúne a sacerdotes, diáconos y laicos, incorporados o asociados, que comparten su vida de oración, sus experiencias y sus compromisos apostólicos. Juan Eudes, embargado por el amor de Jesús, llevaba en su corazón las angustias y necesidades de los hombres y mujeres de su tiempo: siguiendo las huellas de su fundador, los eudistas buscan abrir, con audacia, caminos para hacer crecer el Reino de Jesús.
Para ello, la vida fraterna en comunidad se propone como un buen camino para alcanzar la perfección de la caridad hacia la que debe tender todo bautizado, todo sacerdote, todo discípulo de Cristo. Los eudistas trabajan por el anuncio del Evangelio y la renovación de la fe mediante el testimonio de su vida, su oración, su enseñanza y la realización de diversas tareas pastorales (Constituciones, nº 23). Las misiones que se les confían son variadas: seminarios, formación de laicos, capellanías, acompañamiento de la educación católica, parroquias, centros espirituales, etc.
Hoy, la congregación cuenta con cerca de 500 eudistas en diecisiete países y en cuatro continentes: en Francia (ocho comunidades en seis diócesis), en África, en América Latina, en América del Norte y, finalmente, en Filipinas. En estos diferentes lugares, los laicos, llamados asociados, comparten con los eudistas su herencia espiritual y su propia experiencia apostólica.
Queremos mostrar el rostro orgulloso y alegre de lo que somos como eudistas, con la gran riqueza de nuestras diferencias entre provincias y entre generaciones, queremos encarnar con alegría lo que es ser eudista, como persona incorporada y como asociada, como hombre y como mujer, en nuestras diversas culturas y en nuestras diversas situaciones sociales, acogiendo la parte del otro como la revelación de mi propia identidad.
Jean-Michel Amouriaux, Superior General