Al terminar la 67a Asamblea General, llega el momento de navegar en el mar d e la misión. En él podemos compartir con todos la experiencia que hemos vivido y expresar las alegrías de un nuevo impulso para nuestra congregación. Vamos al encuentro con ustedes con el corazón lleno de esperanza y de fe en e Señor que nos ha reunido, nos ha formado y nos ha enviado.
Durante esta asamblea hemos vivido un momento especial: la elección del equipo que se pondrá al servicio de nuestra Congregación durante estos próximos cinco años. Tenemos confianza en la misericordia de Dios y creemos en fe que la elección estuvo iluminada con la luz del Espíritu Santo. Pedimos a todos que se unan en la oración por estos hermanos que conocen nuestra realidad y hacen parte del Consejo General, para que sepan dirigir la barca de nuestra Congregación por las aguas hacia las que Dios nos envía. Con ellos, de manera sinodal, daremos vida a la CJM para la misión.
Reflexiones de Jean-Michel Amouriaux, Superior General
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Y después, la vida nos lleva, la misión ocupa nuestro lugar. Además, no tenemos mucho tiempo para parar, en particular, para quizás leer más sobre el contenido de estas actas de la Asamblea General y las decisiones adoptadas, aunque se hayan hecho esfuerzos en las provincias por presentar lo decidido conjuntamente en la Asamblea General.
Nosotros Eudistas, misioneros de la Misericordia, queremos continuar con audacia la misión de Jesús como Congregación internacional en salida, con nuestra herencia espiritual y nuestra historia, leyendo los signos de los tiempos a la luz de la palabra de Dios, escuchamos la llamada a "cuidar" de nuestro prójimo (Lucas 10, 33 35, la parábola del Buen Samaritano).